La ciudadanía italiana: ¿derecho adquirido o vínculo activo?

El papel de la Iglesia católica en la formación de Italia: Detalle de esculturas frente a la Basílica de San Pedro (Vaticano)
La Iglesia católica ha sido una fuerza determinante en la historia de Italia, dejando huellas profundas en su cultura, política y organización social. Desde los tiempos antiguos hasta la era moderna, su influencia ha moldeado tanto las estructuras estatales como la identidad del país.
Decreto 36/2025 y las nuevas reglas para obtener la ciudadanía italiana: Foto de un municipio rural en Italia
Italia ha reformado su ley de ciudadanía con la aprobación del Decreto-Ley 36/2025. Este cambio afecta directamente a millones de descendientes de italianos en el extranjero, estableciendo nuevas condiciones, limitaciones generacionales y un proceso centralizado.
Principales cambios introducidos por el Decreto-Ley n.º 36/2025: Foto de la bandera italiana contra el cielo
La ciudadanía italiana por descendencia (jus sanguinis) sólo será reconocida administrativamente para hijos y nietos de italianos nacidos en Italia. Los descendientes de generaciones posteriores —como bisnietos o tataranietos— ya no podrán solicitar el reconocimiento por la vía administrativa y deberán recurrir a la vía judicial si desean impugnar estas nuevas restricciones.
Lo que debes saber del Decreto-Ley 36/2025: Foto de la Piazza Venezia en Roma
El Decreto-Ley 36/2025 cambió las reglas del juego para quienes desean obtener la ciudadanía italiana por descendencia. Pero ¿es legal imponer estas restricciones? En este artículo, te explicamos por qué muchos abogados están invocando la inconstitucionalidad del decreto para defender los derechos de los ítalo-descendientes.
¿Cuánto dinero genera Italia a través de las solicitudes de ciudadanía?: Foto de billetes de euro esparcidos sobre una mesa
El reconocimiento de la ciudadanía italiana es tanto un derecho histórico para millones de descendientes como una fuente creciente de ingresos para el Estado italiano. Solo en 2024, las tasas consulares recaudadas en América Latina por solicitudes de ciudadanía superaron los seis millones de euros.
Giorgia Meloni defendió el ius sanguinis en 2022: Foto aérea del centro histórico de Bolonia
En 2022, Giorgia Meloni prometió defender la ciudadanía italiana por sangre (ius sanguinis), fortaleciendo el vínculo con los descendientes de italianos en el mundo. Pero en 2025, su gobierno aprobó un decreto que limita este derecho. ¿Qué pasó entre su promesa y la reforma? Aquí te lo contamos.
Ciudadanía italiana - ¿derecho adquirido o vínculo activo?: Foto de la fachada de un hotel histórico en el municipio de Aosta, Italia
Sumário

La ciudadanía italiana es mucho más que un documento: representa la pertenencia a una comunidad cultural, jurídica y política con profundas raíces históricas. Este artículo explora su naturaleza jurídica, los principios que la sustentan y los recientes cambios legales que redefinen sus alcances, especialmente a la luz del Decreto Tajani.

Una ciudadanía basada en el “ius sanguinis”

Italia reconoce la ciudadanía principalmente por derecho de sangre (“ius sanguinis”), lo que significa que se transmite por descendencia, sin importar el lugar de nacimiento. Este principio fue establecido en la Ley N.º 555 de 1912 y reforzado por la Ley N.º 91 de 1992, consolidando la idea de que todo hijo de ciudadano italiano puede ser considerado automáticamente italiano.

A lo largo de los años, este criterio ha permitido que millones de personas nacidas fuera de Italia reclamen su ciudadanía por tener ancestros italianos, sin límite generacional definido ni exigencias de idioma o residencia. Sin embargo, esta amplitud también generó desafíos administrativos y cuestionamientos legales sobre su sostenibilidad en el tiempo.

Ciudadanía y Constitución: el vínculo con la República

La Constitución italiana, en su artículo 1, establece que la soberanía reside en el pueblo. En ese contexto, ser ciudadano implica más que tener un pasaporte: supone participar activamente en la vida cívica, asumir derechos y deberes, y mantener una conexión real con la nación.

Hasta hace poco, los tribunales y la administración italiana interpretaban la normativa de forma expansiva, reconociendo la ciudadanía incluso a personas con vínculos tenues o nulos con Italia. Esto comenzó a generar preocupación entre las autoridades por el uso instrumental de la ciudadanía y la sobrecarga del sistema consular.

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El Decreto Tajani y la reforma del “ius sanguinis”

En marzo de 2025, el gobierno italiano, bajo liderazgo del Ministro de Asuntos Exteriores Antonio Tajani, aprobó una reforma clave. Este decreto-ley marcó un giro en la política de ciudadanía, imponiendo límites generacionales y requisitos adicionales para nuevos solicitantes nacidos en el extranjero.

Entre los cambios principales:

  • Limitación a dos generaciones: solo se reconoce la ciudadanía automática a quienes tienen al menos un padre o abuelo nacido en Italia.
     
  • Prueba de vínculo efectivo: se exige a los ciudadanos nacidos en el extranjero mantener contacto con Italia, ejerciendo al menos un derecho cívico cada 25 años.
     
  • Oficina centralizada: en vez de los consulados, el reconocimiento de ciudadanía pasará a gestionarse desde una nueva oficina en la Farnesina, buscando reducir fraudes y acelerar trámites.

¿Derecho adquirido o derecho condicionado?

El cambio normativo reabre una discusión profunda sobre la naturaleza jurídica de la ciudadanía italiana. Históricamente concebida como un derecho adquirido por nacimiento, la nueva regulación introduce elementos que la acercan a un derecho condicionado por factores culturales, lingüísticos y residenciales.

Desde un punto de vista jurídico, esta transformación implica pasar de una ciudadanía pasiva a una ciudadanía activa, donde no basta con “tener sangre italiana”, sino que es necesario demostrar identificación con la República.

Este enfoque busca equilibrar el principio de legalidad con las capacidades del sistema administrativo y la integridad del vínculo cívico entre el ciudadano y el Estado italiano.

Excepciones y régimen transitorio

El decreto prevé un período de transición de un año y mantiene la validez de solicitudes iniciadas antes de su promulgación. Además, no afecta a quienes ya han sido reconocidos como ciudadanos italianos, que conservan su estatus independientemente del grado de parentesco con el ascendiente italiano.

Estas disposiciones reflejan una preocupación por la seguridad jurídica y por evitar retroactividad en la aplicación de nuevas normas.

Conclusión: una ciudadanía con raíces y alas

La ciudadanía italiana sigue siendo una herramienta poderosa de conexión con la herencia italiana. No obstante, las recientes reformas evidencian que también es un instrumento regulado, que exige coherencia entre derechos y responsabilidades.

Si tienes ascendencia italiana y deseas iniciar tu proceso de reconocimiento, es fundamental comprender este nuevo marco jurídico y actuar dentro del plazo de transición. En io.europeo te guiamos paso a paso para que puedas ejercer tu derecho con responsabilidad y respeto por la cultura que te une a Italia.

¿Tienes raíces italianas y dudas sobre tu elegibilidad? En io.europeo te ayudamos a entender tu situación y acompañarte paso a paso hacia tu ciudadanía italiana.

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