Argentina es uno de los países con mayor presencia de descendientes italianos en el mundo. Lo que muchos no saben es que una parte significativa de la población podría tener derecho a la ciudadanía italiana por descendencia.
Gracias a la legislación italiana, que permite el reconocimiento por iure sanguinis (derecho de sangre) sin límite generacional, hoy es posible reconectar con las raíces familiares y acceder a un pasaporte europeo.
Un legado italiano profundamente arraigado
Entre 1870 y 1960, más de dos millones de italianos emigraron a Argentina, convirtiéndose en la principal comunidad migratoria del país. Se estima que la inmigración italiana representó más del 45% del total de extranjeros que llegaron durante ese período. Esta herencia ha dejado una huella indeleble en la cultura, la lengua y la vida cotidiana argentina, desde los apellidos hasta las tradiciones gastronómicas.
Con generaciones de familias establecidas, no es extraño que millones de argentinos tengan al menos un antepasado italiano en su árbol genealógico. Sin embargo, la ciudadanía italiana no se transmite automáticamente: es necesario iniciar un proceso de reconocimiento formal.
La ciudadanía italiana se transmite por sangre
Una de las particularidades del derecho italiano es que permite obtener la ciudadanía por descendencia sin límite de generaciones. Es decir, si puedes demostrar que eres descendiente de un ciudadano italiano —y que en ningún momento se interrumpió la transmisión por naturalización de un antepasado antes del nacimiento del siguiente en la línea—, puedes tener derecho a ser reconocido como ciudadano italiano.
Este derecho también está sujeto a requisitos específicos. Por ejemplo, si la línea de descendencia es materna, y el hijo nació antes del 1 de enero de 1948, puede ser necesario presentar el caso ante la justicia italiana debido a una antigua limitación legal. Hoy en día, estos casos son frecuentes y aceptados, aunque requieren asesoría especializada.
¿Qué se necesita para comenzar el trámite?
El proceso de reconocimiento puede realizarse tanto en Italia como desde Argentina, a través del consulado correspondiente. Para iniciar, es necesario reunir una serie de documentos civiles (nacimiento, matrimonio, defunción, etc.) de cada persona en la línea de descendencia desde el ancestro italiano hasta el solicitante.
Todos los documentos no italianos deben ser:
- Apostillados;
- Traducidos al italiano por un traductor oficial;
- Presentados en versión íntegra (“certificados en texto completo”).
Además, en el caso de solicitar por vía consular, puede ser necesario demostrar residencia dentro de la jurisdicción del consulado por al menos seis meses.
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Beneficios de tener la ciudadanía italiana
Más allá del reconocimiento de las raíces familiares, la ciudadanía italiana abre la puerta a una serie de oportunidades:
- Derecho a vivir, trabajar y estudiar en cualquiera de los 27 países de la Unión Europea;
- Acceso a universidades europeas con tarifas reducidas;
- Sistema de salud público italiano, reconocido por su calidad y gratuidad;
- Facilidad para viajar a más de 180 países sin necesidad de visa;
- Posibilidad de transmitir la ciudadanía a hijos y nietos.
Una ciudadanía que reconecta generaciones
El interés por la ciudadanía italiana en Argentina no es una moda reciente, sino una respuesta concreta al legado de una comunidad profundamente arraigada en el país. Obtener este reconocimiento no solo abre puertas en Europa, sino que también representa una forma tangible de reconectarse con la historia familiar y con una identidad compartida por millones.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia ha señalado a Argentina como el país con la mayor comunidad de inmigrantes italianos fuera de Europa. En 2023, más de 20.000 argentinos obtuvieron la ciudadanía italiana por derecho de sangre (iure sanguinis), y en 2024 la cifra superó los 30.000. Estos datos reflejan no sólo la magnitud de la diáspora, sino también un creciente interés por recuperar un derecho que muchos aún desconocen.
“En Argentina hay una enorme cantidad de personas que podrían tener derecho a la ciudadanía italiana y no lo saben. Nuestro trabajo es justamente ayudarlas a descubrir ese derecho y facilitar el proceso, que puede parecer complejo, pero es perfectamente alcanzable con la orientación correcta.”
— Matheus Reis, especialista en ciudadanía italiana
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